Semana 3: acábate pronto, ¿sí?

Esta semana no me vino a la mente ningún tema interesante para platicarles, así que opté por hacer un pequeño resumen de las cosas que ocurrieron durante la semana. Con un poco de suerte será suficiente para mantenerlos a ustedes - mis tres lectores - interesados en regresar la próxima semana.

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Buen progreso con las idas a correr. Ya aguanté los 5km y me siento contento de eso. Si mal no recuerdo, alguien mencionó que se imagina que he de correr como Phoebe de friends. Así es, agresor verbal, tu amiga te traicionó y me lo chismeó. Pues segúramente tu corres como un... como un... como... ¡cállate!

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Descubrí que el CI no es una limitante para obtener un trabajo en nuestra ciudad. Dicha revelación se manifestó cuando fui atendido por el equivalente intelectual de Ninel Conde. Digo intelectual por que no tenía las mismas cualidades físicas... y era un hombre. Tras un intento más por llevar una vida saludable pedí una ensalada para llevar en la que indiqué debía llevar salami. Nuestro genio local llegó entonces a la sabia conclusión de que el salami debe ser casi igual al surimi. Las dos palabras comienzan con 's' y terminan en 'mi'... ¿qué tan diferentes pueden ser? Resultado: al llegar a mi casa me tuve que comer la ensalada así como estaba (hueva regresar a reclamar) y como resultado algunas horas más tarde llacía fuertemente intoxicado y con fiebre en mi cama. Bien logrado, Ninel.

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Como todo asalariado (primo segundo del esclavo) que no tiene que trabajar los fines de semana, los viernes son un día atesorado. El tiempo corre un poco más lento pero ¿a quién le importa? Me esperan dos días enteros de no tener que regresar a este lugar absorbe-almas. La cara fea de la moneda es que cada uno de mis colegas tiene una forma distinta de manifestar su Friday Fever. Están aquellos que trabajan al doble de velocidad para que el tiempo se les pase más pronto y puedan disfrutar de su fin de semana sabiendo que no dejaron ningún pendiente en el trabajo. Están (¿estamos?) también aquellos que consideran el viernes desde su inicio como descanso y procrastinan como si no hubiera mañana. Desde luego también están aquellos que como toda la vida se mantienen callados y sin interactuar con nadie (trabajo en tecnologías de información gente, ¿qué esperaban?). Desafortunadamente también están aquellos que expresan su júbilo haciendo ruido. Mucho ruido. ¿Será que esta alegría les borra de los bancos cerebrales que trabajan en una oficina con 50 personas más? Harto estoy del "trololololo". Harto estoy del "cómete el pan". Harto estoy de todas las canciones guapachoas/reggaetoneras/ridículas y de plano corrientes que cantan todo el día. Más que nada harto estoy del "trololololo".

Está bien. Lo acepto. Hoy vengo más amargado de lo normal. Los perdono a todos (ja). Mi iPod terminó de cargarse y puedo escaparme un ratito de la cacofonía colectiva de la oficina. Si tú -colega ruidoso - eres uno de mis tres lectores, debes saber que aún así te aprecio y me caes bien pero por mi sanidad mental debo recluirme tras mis audífonos.

Por último...

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Buenas noticias para Lyoness. Por experiencia he aprendido a no develar los proyectos futuros, el universo luego conspira para que no se hagan realidad. Sólo quería comunicarles eso: buenas noticias para Lyoness y un comienzo de año muy interesante.

Que tengan un buen fin de semana, y una jornada más silenciosa que la mía.

Flores, out.